09 diciembre 2006

Manifiesto Solidario para ayudar a Esperanza Aguirre


A las Gentes todas de Buen Corazón

Conciudanos:
El pueblo español ha dado pruebas incontables, a lo largo de los siglos, de su liberalidad, de su altruismo, de su munificencia y de su vocación solidaria. Somos, por naturaleza, generosos. No hay sufrimiento en el mundo en cuyo socorro no corramos. No hay dolor ajeno que no nos conmueva. Es nuestra forma de ser.
Hoy es el día, conciudadanos, en que una nueva tragedia reclama nuestro auxilio. Una desdicha, que no por callada y guardada en secreto -¡qué humildad!- durante años de oscuro padecer, ha de estremecernos menos, ha de llamar con menos estruendo a las puertas siempre abiertas de nuestra misericordia.
Esperanza Aguirre, Presidenta de la Comunidad de Madrid, está pasando necesidad. Se ha sabido. Un libro reciente que cuenta su vida, y cuyo texto ella misma -¡qué bondad!- ha autorizado, relata por lo menudo esta desgracia.
Esperanza Aguirre Gil de Biedma, condesa consorte de Murillo, pasa por estrecheces. No es que se vea obligada por las circunstancias a ajustar, de vez en cuando, el presupuesto familiar. No es eso. Es que no llega a fin de mes. Es que la soldada no le alcanza. No tiene pagas extras, ¡ni siquiera la del Dieciocho de Julio!. Se ve obligada a comprar su ropa en Zara -¡que vergüenza!-, como una menestrala, como una mujer corriente. Sufre esta linda señora lo indecible mirando el céntimo, porque la luz está carísima: en verano todavía se apaña, pero ahora en invierno...¡ay!. Los altos techos de su modestísimo palacete, situado en el centro de Madrid, son casi imposibles de caldear con lo poco que puede apartar de su jornal para leña y brasero. Así que, además de hambre, pasa frío.
Así se la ve, macilenta y desmaída, acudiendo amanecer tras amanecer al duro tajo, entumedicas las manos por la helada dentro del coche oficial, fatigado el semblante, atenazada el alma por la angustia de no saber que podrá llevar a la mesa de sus hijitos con...
¿Cuánto diréis que cobra La Presidenta?. ¡Nada más que cien mil euros al año (exactamente 100.742 €)!.
Hombres y mujeres de bien, tendréis el valor de permitir que continue el calvario de esta pobre mujer: ¡No, nunca! ¡Eso, jamás!. Ese es el grito emocionado de la gente, del pueblo generoso y magnánimo. ¡Marcharemos todos juntos -Gallardón el primero- por la senda de la solidaridad con nuestra atribulada señora condesa, que tantos padeceres soporta por consagrar todo su afán al bienestar público! Bueno, público ¡y privado!.
¿Negaréis, conciudadanos, vuestra ayuda a esta iniciativa popular destinada a sacar a Esperanza Aguirre -que tenía apenas 6,2 millones de euros de patrimonio en 2003; vamos lo que todos- de las garras de la indigencia?.
¡Un euro por cabeza y sacaremos de la miseria a esta egregia dama de techos altos que no vive nada más que para nuestra felicidad!.
Confiamos y sabemos que no nos equivocamos, en el noble y ardiente corazón de la agradecida gente del pueblo. ¡Corred, ciudadanos, con vuestro óbolo!. ¡Contribuyamos todos -ya lo dicen las Naciones Unidas- a la humanitaria lucha contra la pobreza!.
Agradecemos vuestras donaciones en www.1europaraespe.es